Traducí mis textos


Tiradas sobre las sábanas, como un presagio de una antigua conexión ancestral.  Me estaba contando de algunos de sus recuerdos, del dolor, del dolor mismo, del porqué del canto de los pájaros en la oscuridad de los departamentos, y lo contaba entre tantas sensaciones que sus ojos se habían llenado de lluvia.  No se por qué no pude entender si se iba a largar a llorar de tristeza o de pasión, porque no conocía a mujeres tristes, y mucho menos a aquellas que llevan sus pasiones como una flor entre los cabellos.
Al rato, terminó su copa, se levantó, se vistió y fue al baño y ya nunca más la vi. Sonaba algo de jazz en las alcantarillas, pero esa sería ya otra historia.
-Imagínate que si es horrible imaginarte lejana, más horrible es no imaginarte - me lo dije a mí misma, porque hasta llegué a pensar que ella en realidad nunca fue "ella", que era yo vestida de una u otra y que había compartido horas con la nada y el recuerdo de muchas mujeres acobijadas en mi cama.
Pero algo era de ella. Algo realmente llevaba su nombre, alguna foto distraída había salido disparada de mis bocetos. Había un corazón entre sus manos y una luna almíbar entre sus ojos. Y le pregunto, me pregunto, la suspiro, me hago un mundo, la reconozco, porque si bien el viento es viento, yo era suya.
A veces todavía creo en las historias de película.
Error. No existen, no son, no hay amores que duren primaveras florecientes y no dejen sinsabores en las persianas.
A bailar, mujer. Vamos, ya sabemos la verdad , fuimos hechos para huir. No soy una extraña, conozco tus labios y tu orgullo. Sé que te fuiste y que no vas a volver pero espero que escuches esto y vuelvas. O no lo hagas, pero pensá en mí. Pensá en mí y en que si hicimos el amor por horas fue porque existía algo, que ya no sé qué es.
Sécate los días, las horas, y caminemos de la mano, por Corrientes, que seguro tiene algo para contarnos.
Creo que pronto voy a presagiar qué estación te identifica.
Y seguro ya no va a servir para nada.