Traducí mis textos

Ahí va uno de los prototipos de Dios. Un mutante ni siquiera reconocido por la producción en masa. Raro para vivir y escaso para morir. Ahí va otro de esos ciempiés , otro ladrón de avenida, otro portador de sangre enaltecida por el alcohol. No siempre lo veo pasar a esta hora, y no siempre soy de esperar a las diez para asomarme y ver que sigue ahí como siempre, sigue ahí diez minutos y en otro diez se empieza a alejar. Le temo a los que lo amenazan, le temo a los que lo señalan con el dedo creyéndolo un vago, un ignorante. A veces aquellos que no lo desean ver deberían asomarse y mirarlo a los ojos, aunque les cueste. Atrás de la peste se esconde siempre un corazón a medio latir.